Los síntomas van desde molestias gastrointestinales, hasta un shock anafiláctico con riesgo vital. En el caso de la alergia alimentaria los más afectados son los menores de dos años.
Desde pequeños escuchamos a nuestras madres decir que nos tomemos la leche, que debemos alimentarnos bien, que esto nos hará más sanos, que nos fortalece los huesos…
Pero hay niños que escucharán todo lo contrario. Ellos son alérgicos a la proteína de la leche y al ingerirla se exponen a problemas de salud que van desde cólicos hasta un shock anafiláctico con riesgo vital en los casos más extremos.