La enfermedad celiaca es una enfermedad digestiva que daña el intestino delgado y altera la absorción de las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos.
Los pacientes con enfermedad celíaca no toleran una proteína llamada gluten, que se encuentra en los cereales (trigo, avena, cebada, centeno). Cuando toman alimentos que contienen gluten, su sistema inmune responde y se produce el daño en la mucosa del intestino delgado.
La alteración de la absorción de los alimentos conlleva malnutrición, aunque se mantenga una ingesta adecuada.
Existe un componente genético, por lo que es más frecuente en determinadas familias.
¿Cuáles son los síntomas habituales
Existe una gran variabilidad en los síntomas y no siempre existen síntomas propiamente digestivos. Los síntomas que presentan los pacientes con enfermedad celíaca dependen de la deficiente absorción de los nutrientes que contiene la dieta.
Pueden tener cualquiera de los siguientes síntomas (combinados o aislados):
•Diarrea crónica.
•Pérdida de peso.
•Deposiciones abundantes, grasientas.
•Anemia inexplicada.
•Dolor abdominal recurrente.
•Gases.
•Dolores óseos y articulares.
•Calambres musculares.
•Cansancio.
•Retraso del crecimiento.
Algunas personas con enfermedad celíaca no refieren ningún síntoma, porque la parte no dañada de su intestino es capaz de absorber suficientes nutrientes para prevenir los síntomas.
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¿Cuáles son las causas?
La causa de la intolerancia celíaca es desconocida, pero probablemente sea debida a:
•Susceptibilidad genética a la intolerancia.
•Agentes ambientales, probablemente infecciones virales u otra infección.
•Asociación con otras enfermedades autoinmunes que también son producidas por la combinación de susceptibilidad genética e infecciones.
¿Cuáles son las complicaciones?
La mayoría de las complicaciones de la enfermedad celíaca están en relación con los déficits nutricionales secundarios a la alteración de la absorción de los alimentos: osteoporosis, baja talla o retraso del crecimiento, malformaciones congénitas en hijos de madres celíacas no tratadas durante el embarazo, mareos y convulsiones, etc.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la enfermedad celiaca puede ser difícil, porque los síntomas que produce esta enfermedad también aparecen en muchas otras enfermedades.
Los pacientes con enfermedad celíaca tienen niveles elevados de anticuerpos contra el gluten (anticuerpos anti-gliadina, anti-endomisio, anti-reticulina y anti-transglutaminasa). Si los niveles de estos anticuerpos en sangre están elevados, la manera de confirmar la enfermedad es estudiar una biopsia de la mucosa del intestino delgado.
La confirmación del diagnóstico hoy por hoy se basa en concurrencia de sospecha clínica, serología y biopsia intestinal compatibles con la celiaquía.
¿Cómo la tratamos?
El único tratamiento de la enfermedad celíaca es evitar todos aquellos alimentos que contengan gluten, aunque sea en cantidades mínimas. Deben evitarse estos alimentos toda la vida.
Existen muchos alimentos que contienen gluten y esta proteína está también presente en muchos aditivos de productos manufacturados.
Una vez instaurada la dieta sin gluten, la recuperación puede no ser inmediata y las biopsias de duodeno pueden tardar hasta 2 años hasta ser completamente normales.
Al principio del tratamiento, además de la dieta sin gluten, suelen asociarse suplementos dietéticos de las vitaminas o minerales en los que se detectan déficits para favorecer una recuperación más rápida.
Un pequeño porcentaje de pacientes con enfermedad celíaca no mejoran lo esperado con la dieta sin gluten y requieren otros tratamientos farmacológicos asociados. Estos pacientes son los más propensos a desarrollar complicaciones de la enfermedad.