El invierno seco y con altas temperaturas favorece que la vegetación comience a florecer antes, pero lo que más preocupa a los expertos es el aumento progresivo en las concentraciones de pólenes.
Fuente: El Mercurio 06 de agosto 2021
ALERGIAS
‘Algún otro alérgico de primavera que ya esté con molestias en agosto?’, preguntó en su Twitter Francisco Pérez (33) al comienzo de esta semana. Al poco rato, las respuestas afirmativas se fueron acumulando. ‘No sé si tendrá que ver con que casi no hemos tenido invierno, pero ya llevo varios días con congestión, lagrimeo y estornudos’, se lamenta al teléfono.
Otros en su misma condición tienen la misma duda: ¿Se adelantó la temporada de alergias primaverales?
Aunque no hay una respuesta definitiva, especialistas en el tema concuerdan en que ha habido un cambio. ‘Hay un fenómeno local, a nivel observacional, de pacientes que ya consultan por síntomas típicos que suelen comenzar en septiembre’, dice el inmunólogo Pablo Raby, académico de la U. de Santiago y miembro del directorio de la Sociedad Chilena de Alergia e Inmunología.
Si bien las temporadas pueden variar de un año a otro, está ya muestra un leve adelanto en el caso de especies como el ciprés, uno de los primeros en polinizar. Y lo está haciendo en concentraciones más altas, lo que podría explicar las molestias que ya viven algunas personas, precisa Pedro Mardones, inmunólogo del Centro del Alérgico e investigador y presidente de la Fundación de Aerobiología, Medio Ambiente y Salud (Fundamas).
‘En países europeos y en Japón, esta especie es la principal causante de alergias estacionales. Acá, cada vez hay más gente sensible a este alergeno’, agrega.
En el caso de las especies que más afectan a nivel local, como el plátano oriental, arce, álamo y olmo, Mardones precisa que aún no se ve un aumento de sus pólenes, ‘pero esta semana ya podríamos encontrar niveles mayores y esperar que se adelante la temporada’.
Una variable involucrada, dicen los expertos, es el clima. ‘Hay una sequía importante en Santiago como en gran parte de Chile, y un invierno más seco que lo habitual y con temperaturas altas. Esto confunde a los árboles y la vegetación, que comienzan a florecer y polinizar antes’, comenta Jorge Bahamondes, otorrinolaringólogo de Clínica Indisa.
Estas variaciones están ocurriendo en todo el planeta, agrega Raby. ‘Ya hay evidencia que muestra una correlación entre un aumento de la temperatura promedio y una mayor duración e intensidad de la época de polinización’.
Por ejemplo, un estudio publicado este año en EE.UU. concluye que las temporadas de alergia al polen comienzan 20 días antes, son 10 días más largas y presentan 21% más polen en el aire que hace 30 años. Los autores, de la U. de Utah, determinaron además que el cambio climático es responsable de alrededor de la mitad del alargamiento de la temporada de polen.
‘A diferencia de países en el hemisferio norte, en Chile no se ha visto una constante en el adelanto o duración de las temporadas. Pero es un tema que se debe estudiar’, opina Mardones, quien agrega que una tendencia que sí es clara a nivel local es el aumento en la cantidad de pólenes.
Un estudio que realizó en Santiago junto a otros investigadores determinó que, al comparar el período 1993-1996 con 2009-2013, el promedio anual de polen de plátano oriental se triplicó; y algo similar ocurrió con otras especies. ‘El cambio climático ha influido, pero también otros factores, como que se siguen plantando estas especies en la ciudad y, las que ya había, han crecido y tienen copas más grandes’, dice Mardones.
Asimismo, la presencia de más edificios en zonas urbanas contribuye a aumentar la turbulencia, es decir, ‘el polen reverbera más y permanece más tiempo en el aire’, agrega.
Estas condiciones favorecen que un número mayor de personas se sensibilice a estos alergenos. ‘Muchas terminan siendo alérgicas a más de una especie, y eso va agravando y alargando los cuadros’, dice Bahamondes.
De hecho, Mardones precisa que el 90% de las personas con alergia al polen de árboles también lo son a una molécula del pasto, lo que termina por prolongar las alergias estacionales, hasta hacerlas perennes. ‘Como la mucosa nasal se va dañando, se irrita, se hace vulnerable y reacciona a menos concentraciones de alergenos, no solo de polen’.
El inmunólogo Pedro Mardones precisa que las alergias a pólenes varían según ciudad e, incluso, comunas. De allí la importancia de medir su presencia (en Santiago hay solo un equipo de monitoreo en Providencia y pronto se agregaría otro en Las Condes), para determinar zonas y horarios de mayor concentración. Además, algo cada vez más frecuente es que ‘la sensibilidad respiratoria predispone a tener algún tipo de alergia alimentaria’. Esto se debe a que algunos pólenes comparten una molécula con ciertos alimentos. ‘He visto casos de alergia al plátano oriental que se sensibilizan a la lechuga o al durazno, por ejemplo’.