Referencia: Hospital Veterinario Nacho Menes.
Con la llegada de la primavera viene el buen tiempo, el sol, la subida
de temperaturas y las ganas enormes de salir a la calle a disfrutar con
nuestros perros de largos paseos y juegos al aire libre. Sin embargo,
no todo son alegrías y ventajas en la estación de las flores. Mientras la
vegetación y la flora irrumpe y brota con fuerza llenando de belleza
nuestros parques y jardines, uno de cada siete perros sufre
intensamente las consecuencias de las temidas alergias al polen.
Sí, aunque suene raro, nuestras mascotas también pueden
padecer importantes cuadros alérgicos que se acentúan durante
el equinoccio primaveral. La mayor parte de las veces, estas
reacciones alérgicas vienen provocadas por la polinización de las
flores o por picaduras de pulgas u otros insectos. Pero estas no
son las únicas alergias, también existen otro tipo de sustancias
nocivas como el polvo, la contaminación, algunos alimentos o tejidos
que afectan al sistema inmunológico de nuestros amigos peludos y a
los que son altamente sensibles.
¿Cómo saber si mi perro es alérgico?
Para identificar las señales de alerta más habituales que suelen
manifestar nuestros perros cuando viven un episodio alérgico intenso
son sobre todo de tres tipos: cutáneas, digestivas o respiratorias y
suelen presentarse mediante los siguientes síntomas:
Picores intensos y pérdida de pelo. Cuando se trata de una
alergia canina de tipo dermatológica producida por la picadura
de alguna pulga, debido a una reacción alimentaria o por el roce
de alguna planta nuestra mascota tiende a rascarse, lamerse e
incluso a morderse el pelaje compulsivamente. Como
consecuencia, nuestro perro puede presentar desde simples
rojeces en la piel hasta heridas o calvas pronunciadas en las
zonas más afectadas. Las partes corporales más sensibles a
sufrir irritaciones, sarpullidos, erupciones cutáneas o llagas son
básicamente entre los dedos, almohadillas, en la parte interna de
las orejas y en el abdomen. También puede sufrir fuertes picores
en la base de la cola.
– Estornudos y garganta inflamada. Al igual que le ocurre a
algunas personas alérgicas al polen, con ciertas plantas, entre
ellas, las gramíneas se desprenden numerosas partículas que
revolotean por el aire y que, por tanto, exponencian las alergias
respiratorias en nuestros perros, provocándoles incómodos
estornudos e incluso sonoros ronquidos, en el caso de que su
garganta se encuentra inflamada.
– Conjuntivitis y lagrimeo. Los ojos inflamados y enrojecidos,
acompañado de lagrimeo constante es otro síntoma claro de
alergia en nuestro perro.
– Diarreas, vómitos y pérdida de peso. Si nuestro mejor amigo
canino sufre algún tipo de alergia intestinal lo más frecuente es
que lo sintomatice mediante vómitos y diarreas.
La consecuencia directa es su posterior pérdida de apetito,
de peso e incluso de ánimo.
Entre las pautas básicas para minimizar y controlar los efectos
alérgicos está la desparasitación (externa e interna), utilizar
collares antiparásitos y darle Baños dermatológicos rutinarios.
Un buen baño caliente con champús y productos dermatológicos
especiales ayuda a deshacerse definitivamente de los restos vegetales
y de polen que hayan podido quedar atrapados entre su pelo tras
haber realizado alguna actividad al aire libre como jugar en la playa,
hacer una ruta de senderismo o pasear por el parque.