Es un tipo de test cutáneo que se aplica para el diagnóstico de alergias de reacción inmediata, es decir, aquellas en que los síntomas se presentan a los pocos segundos o minutos después de haberse expuesto a un alérgeno.
Algunas de las principales sustancias consideradas en el estudio son:
- Inhalantes: plumas; pólenes de árboles, pastos y malezas; ácaros; pelos o caspa de perro y gato.
- Veneno de insectos.- Látex.
- Fármacos y alimentos: en estos casos, se preparan con elementos nativos diluidos en suero fisiológico.
Para realizar este test, en los antebrazos se aplican gotas de alérgenos nativos o extractos de estos, luego se hace una pequeña erosión con una lanceta para que la sustancia penetre la piel.
Se espera 15 minutos y, si se forma una pápula, es porque la persona está sensibilizada a esa sustancia y puede ser potencialmente alérgica. En algunos casos, como en niños pequeños cuyos antebrazos son muy cortos, es posible hacerlo en la espalda.
Pero antes es necesario hacer un control positivo con histamina y uno negativo con suero. El paciente tiene que reaccionar al primero, si no es así, significa que está tomando algún antihistamínico u otro medicamento que interfiere en la reacción o que existe otra razón que impide realizar el test.
El estudio dura alrededor de 15 minutos.
Como preparación, no se deben ingerir antihistamínicos siete días antes ni medicamentos que contengan clorfenamina, como los descongestionantes. También se pregunta por la ingesta de otros fármacos que podrían alterar el resultado. Además, la piel tiene que estar en buen estado, sin dermatitis. En embarazadas está contraindicado.