Las vacunas antialérgicas son los términos que se usan a menudo para referirse al tratamiento de inmunoterapia de alérgenos o vacunas contra alergias. La inmunoterapia de alérgenos es un programa eficaz de vacunas que puede aumentar su inmunidad a las sustancias llamadas alérgenos que desencadenan sus síntomas.
La inmunoterapia de alérgenos requiere la administración gradual de cantidades cada vez mayores de un alérgeno a un paciente a lo largo de varios meses. Las inyecciones se administran primero cada una o dos semanas hasta llegar a una dosis de mantenimiento, mensualmente. Este proceso reduce los síntomas que, de otra manera, desencadena la exposición al alérgeno. El tratamiento de inmunoterapia es lo más cercano a una «cura» de los síntomas alérgicos, porque una vez que llegue a una dosis de mantenimiento de la vacuna del alérgeno o haya terminado el tratamiento, generalmente han disminuido notablemente sus síntomas.
¿Cómo funciona el tratamiento?
Si es alérgico a una sustancia como el polen de ambrosia, no superará su alergia inhalando ambrosia repetidas veces por la nariz o los pulmones. Por la misma razón, ¿cómo puede ayudarle el hecho de aumentar su exposición a las sustancias que desencadenan sus alergias, tales como los alérgenos de ambrosia o gato?
La inmunoterapia de alérgenos funciona como una vacuna. Mediante la exposición de su cuerpo a pequeñas cantidades inyectadas de un alérgeno en particular, en dosis gradualmente mayores, su cuerpo forma una inmunidad a los alérgenos a los cuales tiene alergia. Esto significa que cuando encuentre estos alérgenos en el futuro, tendrá una respuesta alérgica reducida o leve con menores síntomas.
Al comenzar la inmunoterapia de alérgenos, la primera inyección consiste en una pequeña cantidad de la vacuna menos concentrada, o una solución diluida de la vacuna del alérgeno. Cada semana, el paciente recibe una inyección de vacuna un poco más concentrada. El grado de aumento de esta concentración depende de la sensibilidad del paciente. Comúnmente un paciente llega a la dosis máxima (de mantenimiento) aproximadamente cuatro a seis meses después de comenzar las inyecciones. La dosis de mantenimiento se da entonces cada una o dos semanas, y en lo sucesivo, se extiende el intervalo comúnmente a cada tres o cuatro semanas.
Si se comienza el tratamiento de inmunoterapia de alérgenos, es muy importante continuar con las inyecciones regularmente hasta que se termine el tratamiento. De lo contrario, el tratamiento no será beneficioso. Generalmente, los pacientes reciben inyecciones durante tres a cinco años o más. Después de eso, la sensibilidad al alérgeno particular al cual se tiene alergia se ve reducida, a menudo durante años después de terminar la terapia. Esto puede significar, por ejemplo, que se puede tolerar estar al aire libre durante temporadas específicas de diseminación de polen sin sufrir síntomas.
La inmunoterapia de alérgenos funciona alterando las respuestas inmunológicas anormales que causan alergias. Los anticuerpos protectores, similares a los que se producen en respuesta a otras vacunas, afectan los resultados beneficiosos de la terapia de inyección de alérgenos.
Beneficios
El tratamiento de inmunoterapia de alérgenos se considera cuando los síntomas de alergia son moderados a intensos, ocurren durante casi todo el año, no responden bien a los medicamentos, y se desencadenan por alérgenos que no se evitan fácilmente, como los alérgenos del polen o de ácaros del polvo doméstico.
Por ejemplo, si se es muy alérgico al polen de césped y ambrosia, se pueden sufrir síntomas intolerables como estornudos, nariz congestionada y ojos rojos con picazón durante la primavera y el otoño. Es imposible, o por lo menos impráctico, evitar completamente estos alérgenos comunes presentes en el aire. Si bien el aire acondicionado puede ayudar a disminuir la exposición al polen en interiores y los medicamentos pueden ser útiles, usted puede seguir sufriendo síntomas por largos períodos en esas épocas del año.
Para pacientes de este tipo, la inmunoterapia de alérgenos con alérgenos de césped y ambrosia proporcionarán un alivio significativo. Algunos otros alérgenos empleados para la inmunoterapia de alérgenos incluyen tres tipos de polen, moho, ácaros del polvo, alérgenos de perro y gato, además de venenos de insectos picadores.
Efectos secundarios potenciales
Como se puede ver, la inmunoterapia de alérgenos puede ser beneficiosa para muchos pacientes alérgicos. Sin embargo, también existen algunas desventajas. Algunos pacientes pueden encontrar inconvenientes las muchas visitas a su especialista en alergias (u otro médico que administre sus inyecciones). Asimismo, al igual que con todos los tratamientos, algunos pacientes pueden sufrir reacciones adversas, es decir, la inyección puede a veces causar una reacción alérgica.
Después de recibir cada inyección, su especialista en alergias u otro médico que administre sus inyecciones le pedirá que se quede en la clínica 20 minutos o más para que el personal pueda observarlo. Durante el tratamiento, algunos pacientes desarrollan inflamación en el punto de la inyección. Cuando son grandes, se les llama «reacciones locales». Los antihistamínicos orales, los paquetes de hielo y el ajuste de la dosis o vacuna resuelven estas reacciones.
En ocasiones poco frecuentes, un paciente puede tener una reacción alérgica más grave, resultante en síntomas de asma o anafilaxis. Entre los síntomas de asma se cuentan tos, silbido al respirar y falta de aliento. Los síntomas de una reacción anafiláctica pueden ser: estornudos, secreción nasal acuosa, picazón en los ojos, inflamación de la garganta, silbido al respirar o una sensación de pecho apretado, náuseas, mareo u otros síntomas. Dichas reacciones requieren tratamiento inmediato. Si no se tratan correctamente, estas reacciones pueden agravarse. Su especialista en alergias está capacitado para vigilar dichas reacciones-por eso se le pide quedarse en la clínica durante 20 minutos o más después de su inyección.
En resumen, la inmunoterapia de alérgenos es un tratamiento de vacunas altamente eficaz para los pacientes alérgicos. Es lo más cercano a una «cura» para quienes sufren de rinitis alérgica o «fiebre del heno» y asma alérgica causadas por alérgenos tales como ácaros y polen, además de alergia a insectos picadores. Dicha terapia alivia a muchos pacientes alérgicos que no pueden evitar los alérgenos a los cuales reaccionan.