La práctica de ejercicio físico aeróbico habitual es uno de los sistemas no farmacológicos para mejorar el control del asma y reducir el riesgo de crisis. Asma y deporte son en realidad una excelente combinación, frente a la creencia popular que había que limitar la práctica de deporte en los asmáticos.
Incluso los niños con asma que hacen ejercicio físico en la infancia y adolescencia alcanzan mayores niveles de capacidad pulmonar que los que no lo hacen.
Hay un grupo de pacientes con asma bronquial, que tienen una forma especial de asma que se llama asma de esfuerzo o de ejercicio o asma inducido por esfuerzo y ejercicio.
Éste puede ser una manifestación más en personas que tienen asma bronquial con otros síntomas, pero hay personas que sólo padecen asma de esfuerzo, y no tienen asma fuera de esa situación.
En el asma de esfuerzo, los síntomas no suelen aparecen durante el mismo (eso suele ser más indicativo de asma mal controlado), sino que aparecen entre los 5 y 15 minutos después de terminar el ejercicio, y desaparecen por sí solos pasados unos 20 minutos. Se puede prevenir mediante el calentamiento previo, realizar ejercicio con momentos de descanso, y administrando un medicamento preventivo antes del mismo, el más habitual es un broncodilatador de acción rápida
Una serie de recomendaciones para los asmáticos que quieren hacer deporte son:
- Tener un buen control del asma. No salir a correr si está mal controlado o está en mitad de una crisis.
- Adapta el tipo de deporte en función de la temporada: si eres alérgico al polen, no es recomendable que practiques deporte al aire libre en primavera en momentos del día de máxima polinización.
- Los más beneficiosos son los deportes aeróbicos: natación, correr y bicicleta y. La natación puede ser un deporte especialmente beneficioso. Habitualmente se realiza en condiciones cálidas y húmedas, y es menos probable que se asocie al asma de esfuerzo (que es más frecuente en ambientes cálidos y secos). Hay un grupo de personas que al nadar en piscinas de interior y exponerse a ambientes con mucha concentración de cloro pueden experimentar síntomas irritativos como tos, e incluso empeoramiento del asma. Suele ser muy fácil de identificar porque los síntomas se producen a las pocas horas de la exposición,
- Es muy importante realizar un buen calentamiento antes de iniciar el ejercicio, iniciándolo de manera suave y progresiva hasta alcanzar la intensidad perseguida. Ha demostrado que previene el asma desencadenada por el ejercicio.
- Siempre debe tener disponible la medicación de rescate, y utilizarse antes del ejercicio si tiene asma de esfuerzo y/o se lo han aconsejado sus médicos.
- Si son deportes aeróbicos en exterior en ambientes fríos, cubra la boca con una bufanda/braga, para evitar que el aire frío entre directamente en la vía aérea.
- Idealmente debe intentar hacer respiración nasal, la nariz permite calentar, humidificar y filtrar el aire. Es verdad que la intensidad del ejercicio puede llevarle a hacer respiración bucal en un intento de reducir el esfuerzo respiratorio.
Una vez dicho esto, recuerde que no hay que dejarse aconsejar por personas no preparadas y recuerde que… ¡No hay excusas para evitar hacer deporte!