Aproximadamente 50 millones de estadounidenses sufren de alguna forma de enfermedad alérgica y la incidencia va en aumento. En Chile la realidad también es preocupante y algunos estudios médicos detectan que mas de un 30% de la población presenta síntomas sugerentes de rinitis alérgica. Cuando la mayoría de nosotros pensamos en las alergias, pensamos en estornudos, nariz congestionada u ojos llorosos. Aunque estos son los síntomas de algunos tipos de alergias, una reacción alérgica realmente es la consecuencia de varios sucesos que se producen dentro de su sistema inmunológico y que pueden afectar diversos organos y sistemas.
El sistema inmunológico
El sistema inmunológico sirve como mecanismo de defensa del cuerpo contra las incontables y diversas sustancias presentes en el aire que respiramos, las comidas que ingerimos y las cosas que tocamos. Dentro de este inmenso grupo de materiales, el termino «alérgeno» se refiere a cualquier sustancia que puede desencadenar una respuesta alérgica. Entre los alérgenos más comunes se cuentan el polen, moho, caspa animal, excrementos de cucarachas y ácaros del polvo doméstico.
Los anticuerpos circulan en la sangre y están presentes en casi todos los líquidos corporales. Ayudan a capturar invasores indeseables. Las personas alérgicas tienen un anticuerpo llamado Inmunoglobulina E o IgE. Cuando los alérgenos ingresan por primera vez al cuerpo de una persona predispuesta a las alergias, se produce una serie de reacciones y se generan anticuerpos de IgE específicos para el alérgeno. Después de producirse, estos anticuerpos viajan a células llamadas células mast, que son particularmente abundantes en la nariz, ojos, pulmones y el aparato gastrointestinal. Los anticuerpos de IgE se adhieren a la superficie de las células mast y esperan al alérgeno particular.
Cada tipo de IgE tiene un «radar» específico para un tipo de alérgeno solamente. Es por esta razón que algunas personas sólo son alérgicas a la caspa de los gatos (sólo tienen anticuerpos IgE específicos para la caspa de los gatos) y otros parecen ser alérgicos a todo (tienen muchos más tipos de anticuerpos de IgE).
La próxima vez que una persona alérgica tome contacto con los alérgenos a los cuales reacciona, la IgE captura los alérgenos. Esto inicia la liberación de «mediadores» químicos como histamina y otros agentes de las células mast. Estos mediadores producen los síntomas de una reacción alérgica, tales como la inflamación de tejidos, estornudos, silbido al respirar, tos y otras reacciones.
La reacción alérgica generalmente continúa: estos mediadores recién liberados reclutan a otras células inflamatorias a ese punto, produciendo mayor inflamación. Muchos síntomas de enfermedades alérgicas crónicas-como inflamación, exceso de mucosidad e hiperrespuesta a estímulos irritantes-se deben a la inflamación de tejidos por la exposición constante a alérgenos.
No se ha determinado definitivamente la razón por la cual algunas sustancias desencadenan alergias y otras no, ni por qué no toda la gente desarrolla una reacción alérgica después de la exposición a los alérgenos. Los antecedentes familiares de alergias constituyen el factor más importante que predispone a una persona a desarrollar una enfermedad alérgica. Si uno de los padres tiene alergias, el riesgo estimado de que su hijo desarrolle alergias es del 48%; el riesgo del niño aumenta al 70% si ambos padres tienen alergias.
Tipos de enfermedades alérgicas
La existencia de los anticuerpos de IgE es común en las enfermedades alérgicas. Pero los síntomas físicos difieren dependiendo del tipo de mediador liberado y dónde actúe. Cuando una persona alérgica comienza a sentir síntomas, las preguntas clave son: ¿A qué alérgenos estoy reaccionando? ¿Cuándo y en qué cantidad estoy expuesto a estas sustancias?
Entre las enfermedades alérgicas más importantes cabe mencionar:
rinitis alérgica o «fiebre del heno»;
conjuntivitis alérgica (una reacción ocular);
asma;
dermatitis atópica o reacciones alérgicas de la piel;
urticaria;
reacciones alérgicas intensas a sustancias como alimentos, látex, medicamentos y picaduras de insectos;
y problemas comúnmente resultantes de la rinitis alérgica-sinusitis y otitis media (infecciones del oído).
Los síntomas de rinitis alérgica, generalmente llamados «fiebre del heno», ocurren cuando los alérgenos tocan el revestimiento de la nariz-o membranas mucosas-de una persona sensible a dicho alérgeno en particular. La rinitis alérgica se caracteriza por la congestión, picazón y congestión nasal además de picazón y lágrimas en los ojos. Si la persona continúa exponiéndose todos los días constantemente a los alérgenos responsables, persistirán los síntomas. La rinitis alérgica es similar a la conjuntivitis alérgica que ocurre cuando los ojos reaccionan a los alérgenos con síntomas de enrojecimiento, picazón e inflamación.
Los síntomas de dermatitis atópica, también llamada eczema, se producen frecuentemente por la exposición de la piel al alérgeno. Los síntomas de dermatitis incluyen picazón, enrojecimiento y descamación o peladuras en la piel. Los síntomas comienzan en la niñez para el 80% de quienes sufren de dermatitis atópica. La dermatitis frecuentemente precede a otros trastornos alérgicos; más del 50% de quienes tienen dermatitis atópica también desarrollan asma.
La urticaria, otra reacción alérgica, se caracteriza por ronchas en la piel que pican y pueden ocurrir en grupos y pueden ser grandes o pequeños. La urticaria frecuentemente se desencadena por infección, además de ciertos alimentos o medicamentos. Entre los alimentos que se relacionan generalmente con la urticaria cabe mencionar nueces, tomates, mariscos y bayas. Los medicamentos incluyen la penicilina, medicamentos sulfa, los que previenen ataques, fenobarbital y aspirina.
El asma es una enfermedad pulmonar crónica que afecta a más de 17 millones de estadounidenses y se caracteriza por tos, pecho apretado, dificultad para respirar y silbido al respirar. La rinitis alérgica se considera un factor de riesgo para desarrollar asma: hasta el 78% de los asmáticos también tiene rinitis alérgica.
Cuando una persona sufre síntomas de asma, las vías respiratorias inflamadas se contraen, haciendo más difícil respirar debido a su estrechez. Para los alérgicos, la inhalación de alérgenos puede producir mayor inflamación del revestimiento de las vías respiratorias, contrayéndolas más. El asma puede también presentarse como consecuencia de otros estímulos, como las infecciones de las vías respiratorias o la exposición a irritantes.
Las personas alérgicas a alimentos específicos pueden tener reacciones intensas y posiblemente de vida o muerte si los ingieren. Los factores desencadenantes más comunes de las alergias a alimentos son las proteínas de la leche de vaca, huevos, cacahuetes, trigo, soja, pescado, mariscos y nueces de árboles. Las alergias a alimentos se producen más frecuentemente en los niños que en los adultos. Muchos de estos niños pueden perder su sensibilidad a ciertos alimentos a medida que pasa el tiempo.
Los alimentos y otros alérgenos, incluidos la penicilina, las picaduras de insectos y el látex, pueden desencadenar una reacción alérgica sistémica grave llamada anafilaxis. La anafilaxis se debe a la inflamación de todo el cuerpo y puede afectar varios sistemas de órganos. Los síntomas de anafilaxis incluyen una sensación de calor, sonrojo, picazón en la boca o una irritación roja que da picazón. Otros síntomas pueden incluir sensaciones de mareo, dificultad para respirar, muchos estornudos, ansiedad, retorcijones (malestar abdominal) o uterinos, vómitos y diarrea. En casos extremos los pacientes pueden sufrir una caída de presión arterial que produce pérdida del conocimiento y shock. Sin el tratamiento inmediato con una inyección de epinefrina (adrenalina), la anafilaxis puede ser fatal.
La sinusitis y la otitis media son otras enfermedades alérgicas comunes que a menudo se desencadenan por la rinitis alérgica. La sinusitis es una inflamación aguda o crónica de los senos nasales, que son cavidades huecas dentro de los huesos de las mejillas que se hallan alrededor de los ojos y detrás de la nariz.
Esta condición afecta a más del 15% de la población estadounidense. La otitis media – o infección del oído — es la enfermedad infantil más común que requiere atención médica. Si no se trata debidamente, puede afectar al desarrollo del habla y lenguaje del niño.
Puede informarse sobre diversas enfermedades alérgicas leyendo los folletos de Consejos correspon-dientes en esta serie.
Diagnóstico y tratamiento de las reacciones alérgicas
Un especialista en alergias es la persona mejor calificada para tratar enfermedades alérgicas. Para determinar si tiene alergia, su especialista en alergias compilará sus antecedentes médicos completos y realizará un examen. Si es lo indicado, realizará luego un examen alérgico de la piel o, a veces, un examen de sangre, para determinar precisamente cuál sustancia está causando su alergia. Una vez que se identifiquen los factores desencadenantes de su alergia, el médico puede ayudarle a establecer un programa de tratamiento. El primer paso es minimizar su exposición a los alérgenos particulares en cualquier medida posible. Su médico puede también recetarle medicamentos para reducir los síntomas alérgicos y la inflamación.
La inmunoterapia, también conocida como vacunas antialérgicas, puede también recomendarse para modificar su respuesta inmunológica. En el caso de muchos pacientes, la inmunoterapia puede ayudar a disminuir sus reacciones a los alérgenos. Consulte el folleto correspondiente de Consejos de esta serie para obtener más información acerca de las vacunas antialérgicas.
En resumen, una reacción alérgica es una cadena compleja de eventos, en la cual participan muchas células, agentes químicos y tejidos de todo el cuerpo. Aunque no hay cura todavía para la enfermedad alérgica, hay muchos tratamientos para aliviar los síntomas. Diríjase a su especialista en alergias para determinar el mejor tratamiento.
Su especialista en alergias/inmunólogo puede proporcionarle más información sobre las reacciones alérgicas.